México aumenta su dependencia económica de Estados Unidos significativamente.

La integración comercial entre México y Estados Unidos: Un análisis tras el T-MEC, la pandemia y el conflicto con China

La interdependencia comercial entre México y Estados Unidos ha alcanzado niveles históricos, impulsada por factores como el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), la pandemia de Covid-19 y las tensiones comerciales entre Washington y Beijing. Según datos recientes, entre enero y agosto de este año, las mercancías con la etiqueta "Made in Mexico" que cruzaron hacia la Unión Americana estuvieron valoradas en 338 mil millones de dólares, representando un asombroso 83.1% de todas las exportaciones realizadas. Esta cifra es un claro indicador de la profunda dependencia que México tiene de su principal socio comercial. 

La última vez que el país dependió tanto de Estados Unidos fue hace 18 años, cuando se comercializó el 85.1% de sus productos en el mercado estadounidense, de acuerdo con información del Banco de México (Banxico). Humberto Calzada, economista en jefe para Rankia Latinoamérica, señala que México es cada vez más sensible a las fluctuaciones económicas y políticas de Estados Unidos. "Nuestro país depende mucho de su comportamiento económico, así como de las políticas que se implementen en ese mercado", comenta Calzada, quien enfatiza la relevancia de esta relación bilateral. Por su parte, Jorge Flores Kelly, director de Aporta Consultoría Estratégica, explica que la relación entre México y Estados Unidos es de "dependencia natural". "Nosotros aportamos mano de obra calificada y potencial manufacturero, mientras que ellos nos ofrecen capital financiero y empresarial", explica. Flores Kelly destaca que esta integración es histórica y cada vez más fuerte, ya que no existe una frontera real entre dos economías tan grandes y distintas. "Es como si ambos países fueran imanes que se atraen. Esta realidad no la puede alterar ningún gobierno", afirma. El T-MEC, que ha establecido un contenido regional más amplio, ha sido fundamental para esta integración. Además, el conflicto entre Estados Unidos y China y la pandemia de Covid-19, que paralizó muchas cadenas productivas, han llevado a la regionalización de la capacidad manufacturera, un fenómeno conocido como "nearshoring". Esto ha posicionado a México como "el aliado perfecto en América del Norte". 

A pesar de que se especula sobre el posible regreso de Donald Trump a la Casa Blanca y sus posibles políticas comerciales, Flores Kelly considera que esto no representa una amenaza para el comercio entre ambos países. "El contenido del T-MEC y los aranceles que se impusieron a China durante el primer mandato de Trump favorecieron a México", recuerda. Desde la implementación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) en 1994, México ha mantenido un superávit comercial con Estados Unidos durante tres décadas. Desde 1995, el país ha vendido más productos a Estados Unidos de los que ha comprado, lo que ha permitido consolidar su posición como el principal proveedor de mercancías del país norteamericano, superando a China y Canadá. Humberto Calzada reconoce que hay mucha especulación sobre qué tipo de política comercial adoptará Trump si regresa a la presidencia. "Si aplica medidas proteccionistas que afecten a la industria mexicana, podríamos enfrentar una recesión, dado que nuestra economía depende de Estados Unidos", advierte. Sin embargo, el economista también señala que a Estados Unidos no le conviene romper la relación con México, ya que las empresas y consumidores estadounidenses se benefician de la mano de obra calificada y económica que ofrece el país. Entre julio de 2020 y septiembre de este año, México exportó artículos a Estados Unidos por un valor de 1.9 billones de dólares en los primeros 51 meses del T-MEC. Esta cifra representa un incremento del 36% en comparación con los últimos 51 meses del TLCAN, cuando se registraron ventas por un valor de 1.4 billones de dólares. Para poner estas cifras en perspectiva, las ventas realizadas bajo el T-MEC superan el total de bienes y servicios producidos en México durante el año pasado, cuyo valor se estima en 1.8 billones de dólares. 

Estas exportaciones representan apenas el 6.9% de la riqueza correspondiente a Estados Unidos, según el Producto Interno Bruto (PIB) que el Fondo Monetario Internacional (FMI) dio a conocer recientemente. La creciente integración entre México y Estados Unidos resalta la importancia de la colaboración económica en un contexto global cambiante. A medida que el mundo enfrenta desafíos como la pandemia y las tensiones geopolíticas, la relación entre estos dos países se convierte en un factor clave para la estabilidad y el crecimiento económico en América del Norte. En conclusión, la relación comercial entre México y Estados Unidos se ha fortalecido notablemente en los últimos años, impulsada por el T-MEC, la pandemia y las tensiones con China. Aunque existen preocupaciones sobre el futuro de esta relación, especialmente ante un posible regreso de Donald Trump, la realidad es que ambos países continúan beneficiándose mutuamente en un entorno de interdependencia económica. La historia y los datos sugieren que esta relación no solo es vital para México, sino también para la economía estadounidense.

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