“Segovia vivió en un deslumbramiento, murió entre el aplauso por su obra”

La sala Manuel M. Ponce fue una caja de resonancia de anécdotas, vivencias y evocaciones del poeta Tomás Segovia, en el homenaje que se le hizo ayer en el Palacio de Bellas Artes.

Estuvieron presentes Marco Antonio Campos, José de la Colina, José María Espinasa, Luis Fernando Lara, Eduardo Vázquez, Ana Segovia y Héctor Orestes Aguilar.

Ana Segovia abrió el homenaje con la lectura del poema “Mi padre”, dedicado precisamente a su padre, Tomás Segovia, donde da cuenta del exilio que vivió en la adolescencia y su llegada a tierras mexicanas, afirmando que sus ojos de nómada son nuevamente libres y parten para traer nuevos trofeos.

El poeta Marco Antonio Campos dijo que la poesía de Tomás Segovia es una pieza musical cantada a solas, siendo su lírica una materia hecha de tardes soleadas, de cantares de pájaros, del recorrido por el cuerpo de la mujer y del asombro diario por la vida.

“‘Nada terrestre me es ajeno’, escribió alguna vez, siendo su obra Migraciones un ejemplo de su condición de pájaro migratorio. José Emilio Pacheco dijo que el lugar de Segovia era el no lugar, tejiendo una obra que encontró su arraigo en el desarraigo y la pertenencia en la no pertenencia”.

Campos aseguró que Segovia sabía, como Albert Camus, que una vida dedicada a hacer dinero es en realidad una muerte y por ello dedicó todos sus esfuerzos de vida y de alma a cosechar el hecho poético.

“Vivió en un deslumbramiento continuo y dejó para siempre un sitio marcado aquí en la tierra, murió entre el aplauso general por su obra y el cariño de la gente”.

El editor José María Espinasa, quien publicó 21 libros de Segovia, afirmó que la poesía de este autor tiene la cualidad de hacer posible algo imposible. “Si no la califico como milagro es porque no quiero darle una connotación religiosa; sin embargo, un milagro puede ser también sinónimo de inexplicable, de algo que se puede encarnar en palabras y que nos pertenece a todos”.

Espinasa agregó: “En su obra, pasó de la transparencia a la desnudez. Una de sus palabras claves fue la fidelidad, ¡Tomás Segovia fue siempre fiel a la necesidad de estar en el mundo!”.

Bloquito

Fuente y Fotografia :WEB